Acabo de terminar el libro «Sigue Adelante» de Austin Kleon y, como me ha gustado bastante, escribo este resumen para recordarlo y compartirlo con aquellos que puedan estar pensando en comprar el libro.
Es un libro corto, fácil de leer y bonito de guardar por lo que lo recomiendo. En él, se dan algunos consejos para mantener la creatividad y el amor por el trabajo creativo (ya sea arte, diseño, escritura o hasta emprendimiento) en los momentos buenos y también en los no tan buenos. Puedes encontrarlo en Amazón aquí.
Creo que es especialmente interesante como regalo para personas creativas o que están analizando cómo afrontar su vida cuando su hobby se vuelve su profesión.
En él, el autor Austin Kleon, da 10 consejos que resumo en esta entrada.
1. Todos los días son el día de la marmota
«Tenemos muy poco control sobre nuestras propias vidas. Lo único que podemos controlar es en qué invertir nuestro tiempo. […]. Ayer se terminó, el mañana puede que no llegue nunca, solo nos queda el hoy y lo que podamos hacer con él.»
La vida no es un camino lineal que nos lleve de A a B de forma recta sino que se va construyendo con lo que hacemos cada día. Piensa en un actor: puede que un día esté trabajando en un proyecto genial pero, una vez terminado, tendrá que buscarse el siguiente. Por supuesto que el prestigio y los premios que haya ganado con sus proyectos previos le ayudarán a que se le presenten mejores oportunidades en el futuro, pero no le garantiza que vayan a llegar. Y, en realidad, eso diferencia los trabajos creativos a los de oficina de 9 a 5 en los que la pila de trabajos entrantes crece de forma indefinida.
La clave de los artistas prolíficos es trabajar cada día como si el pasado y el futuro no existieran, con una rutina diaria repetible que aisle del éxito o el fracaso. Hacer cosas cada día que merezca la pena hacer, no ya por el dinero que vayan a generar, los likes que vayan a conseguir o el resultado maravilloso que vayan a alcanzar sino por el simple placer de hacerlas.
No te recrees en lo que hiciste mal ayer, no pienses en cómo este cuadro que estás pintando te va a llevar a ser un gran pintor mañana porque te bloqueará. Disfruta de lo que estás haciendo y haz cosas a las que merezca la pena dedicar tu tiempo.
Crear una rutina diaria, con tus rituales específicos, te ayudará a encontrar tiempo para crear. Tiempo para aburrirte, tiempo para desconectar y dedicarte a eso que tanto te gusta. Busca un tiempo y un lugar que sean compatibles con tus obligaciones y úsalo cada día.
Crea listas con tareas para poder eliminar la ansiedad de tener muchas cosas que hacer y tener el temor a olvidarlas. Crea listas con ideas, con tareas, con proyectos, con cosas por aprender, con lo que quieras. Cada día dedica un tiempo al principio de tu rutina para decidir cuáles de esas tareas vas a hacer hoy. No todas las tareas tienen que acabar completándose, pueden ser simplemente cosas que nos gustaría hacer «algún día» pero, al escribirlas, podemos olvidarlas. También puedes escribir cosas que no harás lo que acabarán siendo tus principios básicos, los mandamientos que te definirán como persona y profesional. Y, si guardamos todas nuestras listas en un mismo cuaderno, podremos ojearlo al final del año y veremos en qué hemos trabajado y cómo hemos evolucionado. Yo soy muy fan de las listas :).
En cambio, no me gustan las decisiones con listas de pros y contras. Las decisiones difíciles suelen ser entre lo que «debo» y lo que «quiero hacer». Si hiciera la lista de pros y contras, siempre ganaría el debo y no me parece justo vivir solo basándome en obligaciones.
Las listas nos ayudan a ver sensación de avance y nos permiten acostarnos por la noche con la sensación de haber completado cosas, con la mente limpia para que tu subconsciente trabaje por ti mientras duermes.
2. Construye una Estación de la Alegría
La estación de la alegría es tu espacio de trabajo. Un sitio en tu casa, en tu oficina o donde vayas a dedicarte a crear que es solo tuyo. Un espacio y un tiempo disponibles a los que acudir en tu rutina diaria. Un espacio en el que desconectar del mundo (sí, poniendo el móvil en modo avión para que no te interrumpa). No tienes que estar desconectado todo el día pero, si por ejemplo tu momento de mayor inspiración es según te levantas y pasas ese tiempo leyendo las noticias en Twitter, contestando correos y comentando los memes que te han enviado por la noche vía WhatsApp, quizás no estés aprovechando tu mejor momento en lo más importante y quizás estés perdiendo energía muy necesaria para enfadarte con noticias o correos que pueden esperar.
Esto no significa que seas un ermitaño que desconecte del mundo pero conecta con él de forma consciente en los momentos que tú quieras conectar. Pero no comiences el día enfrentándote a la ansiedad y el caos.
Desconectar para conectar con tu trabajo también implica saber decir «no». Si estás dentro de tu rutina en tu estación de la alegría y cualquiera puede llamarte o aparecer para contarte cualquier cosa sin importancia o para pedirte que hagas otra cosa, estarás siendo muy poco productivo y te desconcentrarás fácilmente. Y no, las mujeres no podemos hacer varias cosas a la vez sin perder la concentración. Podemos repartir la concentración pero no dedicar el 100% a dos cosas a la vez.
3. Olvida el sustantivo, Domina el verbo
No te llames a ti mismo pintor o escritor. Dedícate a pintar o a escribir y el sustantivo se construye solo. No es pintor el que no pinta. No eres escritos si no dedicas tiempo a escribir. Ponerte un sustantivo te etiqueta y te limita: haz cada día en tu estación de la alegría esos verbos que merece la pena hacer sin pensar en lo que te convierte eso. Si te limitas con un sustantivo equivocado, ¿no podrás dedicarte a hacer otras cosas que también merece la pena que sean hechas? Si te declaras «pintor», ¿no puedes escribir una novela?
Serán los demás los que te bautizarán con un nombre concreto cuando dediques tus verbos a hacer eso. No es «artista» el que solo aparece en Instagram con una gorra ladeada y un precioso estudio.
Y cuando estás practicando el verbo, olvida el resultado. Disfruta de la experiencia: tu trabajo es jugar. Como un niño que dibuja al que no le importa lo que pase con el papel con su obra una vez haya acabado. Practica por practicar, no por crear algo vendible, publicable o que guste a otros.
Practica y tira los resultados, intenta hacerlo lo peor que puedas, júntate con niños a jugar con ellos.
¡Juega!
4. Haz regalos
Estamos entrenados para elogiar a nuestros allegados diciéndoles que podrían monetizar esas cosas que hacen por afición, ya sean dibujos, bolsos de macramé o pasteles. En seguida, cuando vemos una mínima calidad en los resultados, les sugerimos que los vendan en Etsy o que abran una pastelería.
Pero, hacer aquello que amas tu profesión y lo que te da de comer, puede hacerte odiarlo a muerte. A lo mejor prefieres tener otro trabajo a tiempo completo que te dé de comer y dejar tus pasiones solo para ti y para mantenerte vivo haciéndolas. Y si conviertes tu pasión en tu trabajo, recuerda que no es necesario monetizar todo lo que haces en ese ámbito. Asegúrate que al menos una parte sigue siendo tuya y no del mercado.
Pero no solo se trata de dinero. Ahora tenemos otra medida cuantitativa que nos permite medir el resultado de un trabajo que no es solo el recibir dinero por él: los likes, RT, FAVs y demás indicadores de las redes sociales. Estos pueden causar el mismo tipo de adicción que el dinero en sí y no significan nada. Puedes tener muchos likes en una imagen pero eso no significa que tus siguientes trabajos tengan que ir en esa línea. Comparte en RRSS lo que haces pero no te dediques a mirar cómo avanzan los números. Haz lo que disfrutes haciendo y el resultado será bueno y llegará a los que merece la pena que llegue.
«Ningún artista puede trabajar solo por los resultados; debe disfrutar del trabajo que le conduce a ellos.» Robert Farrar Capon
Dedica tiempo a hacer algo para regalar a alguien especial. Enseña lo que sabes hacer de forma desinteresada. Asegúrate que lo que hacer merece la pena por lo menos para las personas que te importan. Muchos libros que ahora son clásicos se escribieron por sus autores como cuentos para regalar a sus hijos. Hacer regalos nos pone en sintonía con nuestros dones.
5. Lo ordinario + Atención extra = Extraordinario
Los artistas excepcionales hallan arte en lo más mundano. Tienen una forma de observar lo que les rodea que les hace encontrar belleza o emociones donde los demás ni nos damos cuenta de mirar. Y eso es lo bonito. Hacer la captura perfecta de un majestuoso tigre en pleno salto seguro que tiene mucho mérito pero el 90% del resultado te lo está dando el propio tigre. Fotografiar unas botas viejas (o pintarlas, con Van Gogh) y que el resultado merezca la pena, es lo realmente extraordinario. Limitarte pensando en que debes encontrar algo lo suficientemente bueno para que merezca la pena que sea contado o pintado hará que te bloquees y no encuentres nada. Juega con lo que tienes alrededor, practica con cualquier cosa y aprenderás a mirar de forma distinta lo que te rodea.
Sobre esto ya escribí hace tiempo en esta entrada: Cuatro consejos para empezar a pintar al óleo. Al final, me repito :).
Y, como hacer arte de lo que te rodea implica mirar a tu alrededor con nuevos ojos, necesitas dedicarle tiempo y atención. No puedes pasar por tu vida a toda prisa y pretender fijarte en los detalles. Hay que bajar el ritmo. Mirar despacio. Y una buena forma de mirar despacio y prestar atención a los detalles es dibujar: no te fijas tanto en los rasgos de una persona hasta que no tienes que plasmarlos en un papel. No importa que el resultado sea bueno, solo el ejercicio de abocetarlo hace que nos fijemos y cambiemos la forma de mirar.
«La fotografía es una reacción inmediata, el dibujo es una forma de meditación.» Henri Cartier-Bresson
Tu atención es uno de tus bienes más preciados. Por eso todos quieren robártela. Debemos prestar atención a lo que realmente nos importa. A quienes nos importan. Revisa tus listas de tareas pasadas, tu diario, si lo escribes, y mira a qué has prestado atención. Aquello a lo que prestas atención es lo que te definirá como persona. Cuando prestamos atención a algo, vemos más cosas que los demás en ese algo, relacionamos y creamos. Como las embarazadas que no hacen más que ver otras embarazadas :).

Páginas del libro «Sigue Adelante»
6. Mata a los Monstruos del Arte
Existen y han existido muchos artistas muy desagradables: alcohólicos, maltratadores, ególatras y delincuentes de diversos tipos. Y a pesar de eso, realizaron obras que eran muy buenas. Nos cuesta separar la obra de la persona porque nos creemos que si nos gusta la obra, aprobamos los comportamientos del artista. Y no es así. Una buena persona puede hacer obras buenas, normales o terribles, exactamente igual que una mala persona.
Pero no es necesario vivir una vida atormentada para crear buen arte. Ser buena persona tampoco nos garantizará crear buen arte. Pero si es cuestión de elegir, mejor elegir ser buena persona y que las personas que queremos disfruten a nuestro lado, ¿no? El arte debe servir para mejorar nuestras vidas y las de los demás.
«El mundo no necesita más grandes artistas, necesita más personas decentes.»
7. Te está permitido cambiar de opinión
No pasa nada por cambiar de opinión, no es una señal de debilidad ni una derrota. En redes sociales nos mostramos como marcas que tienen que expresar unos valores y mensajes coherentes. Pero esa certeza puede impedirte descubrir cosas nuevas. La mayoría de las veces, cuando comienzas un trabajo, no sabes cómo acabará y lo vas descubriendo según avanzas. No puedes planificarlo todo y puedes transformarte por el camino.
Cambiar de ideas implica pensar de verdad. Y no puedes pensar libremente si te juzgan por cada idea por lo que seguramente Internet no sea un entorno seguro para darle vueltas al coco. Conversa con tus amigos o con desconocidos sin meter a tu marca de redes sociales en el proceso, disfruta del mundo offline y de un buen debate con alguien educado que piense lo contrario a ti.
Porque es muy bonito debatir con alguien que no piensa como tú pero que siente como tú, con unos principios parecidos, dispuesta a abrirse y con ganas de escuchar con el que se pueda entender posturas diferentes. Si solo te rodeas de personas que piensan como tú, tu vida será mucho más monótona.
Y si tienes problemas en encontrar personas con las que pensar, vuelve a los clásicos. Tus inquietudes ya las tuvieron muchas otras personas en distintos momentos de la historia. La vida humana, lo fundamental, cambia muy poco. Abre un libro de hace 25 años, escapa del ajetreo de la vida moderna, sal de la burbuja de los que piensan como tú y disfruta de tiempo de calidad.
8. Cuando tengas dudas, ordena
Este no es el libro de Marie Kondo y no aboga por el orden perfecto y por tirar todo lo innecesario. Porque las nuevas ideas aparecerán ordenando papeles antiguos, mezclándolos con nuevos y viéndolos con nuevos ojos. Ordenar es explorar. Porque de mezclar otras ideas surge la innovación y la creatividad. Si tu espacio es un quirófano aséptico, será difícil que solo mirándolo encuentres ideas nuevas. Tienes que tener ordenadas tus herramientas para no perder tiempo buscándolas cuando las necesites pero no tires tu ideas antiguas, cuelga en un corcho ideas o mensajes que te inspiren para tenerlos a la vista y, cuando no sepas por dónde tirar, revisa todas esas ideas para encontrar nuevas.
El libro «Sigue Adelante» también habla del poder inspirador del sueño. De dormir para descansar y encontrar ideas y de las bondades de las siestas cortas. No solo si lo tuyo es el surrealismo sino en cualquier iniciativa artística.
Y vuelve a la idea de utilizar tu trabajo como una forma de dejar un mundo mejor que el que encontraste. Haciendo labores sociales y ayudando a los demás como forma de inspiración para encontrar nuevas ideas.
9. Los demonios odian el aire libre
No te encierres en tu guarida. Sal a andar al aire libre todos los días. No ya por el hecho de mover tus articulaciones y tus músculos para hacer deporte sino para que te dé el aire, para relajarte, para dejar de preocuparte. Andar o correr al aire libre es una forma de meditación: cuando dejas de estar pendiente de cómo se muevan tus piernas, entras en un estado de concentración del que surgen las mejores ideas. De esto puedo dar fe yo misma: el libro «Siete» lo «escribí»saliendo a correr por las mañanas antes de ir al trabajo. En realidad lo plasmé en papel por las noches y los fines de semana, pero las ideas vinieron durante las carreras de media hora de por las mañanas. Quién era el malo, qué pistas tenían y cómo lo iban a descubrir.
Además, te relacionas con lo que te rodea, oyes conversaciones, ver personas curiosas, en definitiva, te inspiras y encuentras nuevas ideas para crear obras que merezcan la pena.
10. Cultiva tu jardín
Los jardines requieren tiempo y paciencia. Tiempo para que las plantas florezcan, paciencia y cariño para cuidarlas como merecen. Una semilla que plantas un día, será un árbol que te dé sombra dentro de muchos años. Y esto no es solo una metáfora para hablar del trabajo duro, de sembrar para recoger cosas buenas, etc; sino también para hablar de las cosas que cambian a dos ritmos: la sociedad y las tendencias cambian muy rápido pero hay cosas que necesitan tiempo para fermentar y las flores de tu jardín que plantas hoy darán olor a tu jardín cuando esa moda que ahora está en boca de todos ya esté largamente olvidada. La creatividad requiere de tiempo para reflexionar. Y, como la naturaleza, tiene sus ciclos, estaciones y temporadas altas y bajas. Necesitas conocerte para entender cómo funcionas. Y necesitas ser perseverante para poder florecer.
Es una metáfora pero también es literal: la jardinería es también una forma de meditación. Y si no tienes jardín, macetas.
Lo dicho, el libro «Sigue Adelante» es muy interesante y está lleno de mensajes útiles que os recomiendo leer y regalar a todos aquellos interesados en cualquier actividad artística.
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